Deambulando por las calles de Thamel, en Kathmandú, encontramos una tienda diminuta que era regentada por un tipo bien curioso, que más bien parecía un holograma extraído de una tira cómica que lo que uno espera encontrar cuando entra en una tienda en Nepal. A imaginar: un tipo bajito, delgado, pequeño, con unos ojos negros, pequeños, brillantes, escrutadores, interrogantes, una mirada y una piel dura, curtida, aparentando mucha más edad que la que en realidad tiene.
Y en vez de eso, un tipo alegre y saltarín, que aún no se como, consiguió meternos a los tres en la tienda.
Nos habíamos detenido allí delante maravillados, primero, por la estrechez del local, y después, por unas pulseras maravillosas de hilo y piedras que nos gustaron por la forma particular (e irregular) de las piedras de la composición, y también, como supimos más tarde, una de las piedras formaba un ojo de buda, sagrado para los budistas. No aparentaba ser una tienda para turistas, y el tipo no parecia ser el típico "vendedor", así que enseguida empezamos a charlar.
Nos interesamos por las pulseras y su significado para los budistas, y Mheg (creo que así se llama) nos entusiasmó con una disertación sobre la vida, el destino y el espíritu, que al parecer estan representados en el budismo y como parte de la religión en su simbologia. Nos explicó que los creyentes (o no) usan estas pulseras para atraer las buenas vibraciones y guiarles en su camino.
Evidentemente, nosotros no somos , pero ¿quien no quiere atraer la buena estrella a su camino? Por si acaso nos quedamos unas pocas....
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